Arles de Tec
Pueblo medieval, Arles sur Tech les invita al filo de ses callejuelas escarpadas a descubrir cancelas en forja, viejos balcones y lavaderos. Les otorga hacerse testigos privilegiosos de un pasado riquíssimo tal hístorico cómo patrimonial
Un entorno excepcional, a la sombra de las callejuelas …
En torno a su abadía
A lo largo del paseo, la abadia benedictina revelará todos sus secretos y tesoros: su claustro góticó de pura elegancia, su abacial, sus frescos romanos, sus retablós góticos y su grán órganó Schmidt del siglo XVII.
En la plaza de la abadia, un sarcófagó del siglo IV esta conservando una agua muy clara desde que dió hospitalidad a las reliquias de Santo Abdon y Santo Sennen, padrinos del pueblo.
…Aqui, estamos siguiendó y pisandó las huellas de nuestros antepasados.
La iglesa «St Sauveur» fue construida al siglo XII para ofrecer una paroquiá a los cortijos alejados de la abadia. El campanario se apoyaba en la muralla del pueblo, y tenía el papel de defensia.
Cualquier paseante detallista notará varias hornacinas, testigos de la fe popular, colocando las casas (fue les daban hospitalidad) sobre la protección dívina
Los balcones demuestran del «savoir fer» y del trabajo del hierno que aseguró antaño la «buena reputación» del pueblo.
Los tejidos del molino viejo. Esta fábrica de tejidos fue creada a principios del siglo XX por la familia Camo-Cantaloup en el viejo molino de aceite de los monjes. Se especializó en telas para alpargatas. Más tarde, se utilizó para ropas cortinas, ropa blanca, de colores muy alegres.
Subtil mezcla de tradición y leyenda, el encanto que se destaca del molino es verdadero. Hoy día siguen tejando con nuevos dibujos, modelos y colores de los Pireneos.